jueves, 15 de abril de 2010

Las grullas de paz


Una grulla por la paz 

En 1945 una joven japonesa llamada Sadako vivía a dos kilómetros y medio donde se lanzó la bomba atómica de Hiroshima. Sadako parecía no estar quemada, ni herida pero poco tiempo después enfermó de leucemía, es decir, cáncer en la sangre, por los efectos de la radiación.

Su mejor amigo, Chizuka, habló de la grulla un pájaro sagrado de Japón, se pensaba que si un enfermo hacia mil grullas de papel, como rencompensa por el esfuerzo se mejoraría; entonces su amigo Chizuka hizo la primera grulla y le dijo "aquí esta tú primera grulla" Sadako había hecho seiscientas grullas pero seguia igual; pacientemente plegaba y plegaba hasta que en 1955 muere, así sus compañeros de clases decidieron completar las mil y enterrarlas con Sadako.

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